Más de 50 productores de coco en el sur de Quintana Roo están considerando abandonar la producción de los frutos luego de que los crecientes costos de producción y la competencia de otros gigantes estatales hayan reducido las ganancias hasta en un 60%.
Eduardo Angulo Cab, representante de los productores de Laguna Guerrero, explicó que el precio de la tonelada disminuyo de 3 mil 810 pesos a casi 2 mil 526 pesos, aunado a que la demanda pasó de 13 toneladas por hectárea a casi 6.
“Esto es consecuencia directa de que nuestros principales compradores, los hoteles del norte del estado, están adquiriendo producto de otros lugares como Yucatán y Campeche, que tienen mejores tecnologías y por tanto pueden abaratar aún más su costo”.
Dijo que las principales cadenas hoteleras y los restaurantes podrían consumir hasta 2,300 toneladas mensuales, al ser ofrecidas para complementar el “all inclusive” como bebidas naturales o exóticas, además de un extra a la diversidad de alimentos que brindan a los comensales.
Por lo tanto, son ellos los que solicitan hasta el 70% de sus necesidades. Sin embargo, desde que comenzó la pandemia, los empresarios del norte de la entidad han comenzado a comprar productos de los estados vecinos.
“Y es que además de que cuentan con tecnología para producir más cocos por palma, también tienen el añadido de un menor costo de transportación. En cambio, nosotros, en Raudales y Luis Echeverría, tenemos el problema de pagar casi el doble al no existir una ruta directa desde nuestra región hasta el norte del estado, teniendo que dar una gran vuelta de hasta 200 kilómetros para pasar por Chetumal, Xul Há y Bacalar”; explicó.
Por este motivo, más de 14 productores locales han abandonado la cosecha de esta variedad, y se espera que al menos otros 30 productores hagan lo mismo el próximo año si no se dan las condiciones.
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